Aclaración
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 12
El mes de Octubre se marchitaba lentamente mientas la calma reinaba en la colegio de magia y hechicería.
Los alumnos poco a poco se iban acostumbrando a ver a las casas rivales fraternizando entre sí, o al menos siendo un poco más amables.
Y es que no les quedaba de otra, luego de que Draco había pedido algo así como una tregua, que dicha sea la verdad fue más una orden para los Slytherins y una amenaza para los Gryffindors, luego de enterarse las cosas que le decían a su Hjerte.
Fue un respiro para todo el colegio, dejar de ver a serpientes y leones intentando matarse entre sí. Aun se gruñían, hacían bromas pesadas, pero intentaban mantenerlo todo escondido del Príncipe de Slytherin.
Los adultos por otro lado, parecían  un poco más atareados, con las clases, los exámenes y todas esas responsabilidades. A excepción de Sirius que pasaba su tiempo persiguiendo a Crookshanks por los pasillos.
Pero pese a todo, incluyendo los planes para derrotar al que no debe ser nombrado, el ánimo en general se  mantenía en un estado de optimismo que no se había visto en algún tiempo.
En los jardines del colegio, las hojas de otoño rodeaban a un muchacho, combinando graciosamente con el color de su cabello.
Un suspiro profundo salió de entre sus labios, mientras observaba una que otra pareja pasear por los alrededores del lago.
Él nunca había sido de ese tipo de personas cursis, que soñaban con el amor eterno, declaraciones de amor y todo eso. No, de hecho él era más burdo y con poco tacto, según Hermione. Pero aun así lo deseaba, deseaba sentir esas cosquillas que los libros describían.
Cerró los ojos fuertemente, imaginando que caminaba de la mano con el amor de su vida. La imagen que genero su cerebro fue la de un chico con piel chocolate y mirada astuta.
Acostado como estaba no alcanzo a notar un par de animalitos que se acercaban a él corriendo, sacándole un grito épico.
- Los encontré – Exclamo alguien detrás de él.
-¿Q…Que?- Susurro entrecortadamente, intentando calmar su pobre corazón.
-¿Ron? Ahora entiendo por qué corrieron hacia acá.
-Hey Bill ¿Qué haces aquí? ¿Que son esos?
-Esos son los gemelos- Anuncio el mayor sentándose a su lado – Se suponía que vería a Dumbledore por cosas de la orden, pero estos dos se colaron en  mi bolsa de viaje  y tengo toda la mañana persiguiéndolos.
-Desde cuando son animagos? – Pregunto Ron confundido.
-Poco más de un mes. Dumbledore creyó que sería una genial idea, Mamá no tanto. ¿Y tú? ¿Qué haces afuera, solo?
-Pensando, supongo – Contesto desanimado.
-¿En qué? Si se puede saber.
-Cosas
-¿Cosas? ¿Cómo de la escuela?
- No, la escuela va bien.
-¿Del corazón entonces?
 
Las mejillas del menor se tiñeron de rojo.
 
-tal vez- susurro
-Vamos, cuéntame. Prometo no decir la palabra alguna.
 
Ron miro a su hermano fijamente. De todos, Bill era el más confiable, siempre intentando hacer feliz a todos, ayudando y abrazando a quien lo necesitara.
 
-¿Alguna vez has pensado en lo genial que sería estar enamorado, y cuando piensas eso, la imagen que aparece es de alguien que no te esperabas?
-Mmm. No, nunca. Usualmente cuando me gusta alguien sé que me gusta.
-¿Gustarme? ¿Quién dijo algo de gustarme? A mí no me gusta Zabini. – Exclamo el menor alterado.
-¿Zabini? No recuerdo que mencionaras a nadie con ese nombre ¿Es de otra casa? ¿Qué clase de nombre es Zabini?
-No es su nombre, es su apellido. Su nombre es Blaise, Blaise Zabini – Interrumpió Fred, de nuevo en cuerpo humano.
-Y es de Slytherin – Completo George.
 
Horror. Eso era todo lo que podía leerse en el rostro del más joven de los Weasley. Su cara pálida cual pergamino, y una sola frase dando vueltas en su cabeza.
 
“Estoy perdido. Estoy perdido. Estoy perdido. Estoy perdido. Estoy perdido. Estoy perdido.”
 
-¡Por favor no le digan nada a nadie! – Grito en desesperación- Prometo que se me pasa rápido. Por favor no le digan a Papá –Termino ya con lágrimas en los ojos apunto de derramarse.
 
Sus tres hermanos lo miraron alarmados.
 
-Hey, hey.- Lo llamo Bill, acunándolo entre sus brazos. – No le diremos nada a nadie, si eso quieres. ¿Verdad chicos?
-Lo juramos –Dijeron los gemelos al mismo tiempo.
-Pero dinos porque Papá se enfadaría, no veo algo de malo en que te guste un chico.
-No es por eso – susurro Ron- Es porque es un Slytherin. Mejor amigo de Malfoy y su Madre es Mortifaga.
-Oh Roninsqui, Papá nunca se enfadaría por algo así. Puede que deteste a Lucius Malfoy, pero Zabini nunca le ha hecho nada. Además eres su hijo, el menor. Papá te querría aunque estuvieras enamorado del mismísimo señor tenebroso.
-Fred tiene razón. Mamá podrá enfadarse, pero ya sabes cómo es ella, pero Papá jamás. Él sabe que hay veces que no puedes pelear contra el corazón. Míranos a nosotros. – Concordó George – Nadie estaría feliz si dos de sus hijos claman estar enamorados entre sí.
-Pero lo suyo es diferente. Su magia los unió paneas nacieron, es casi un milagro que no iniciaran una relación apenas recibieron sus herencias. No tuvieron elección, yo sí y aparentemente elegí en fijarme en un Slytherin – Soltó Ron acongojado.
-Me gusta pensar que sin importar las circunstancias hubiera elegido a Fred, hermano o no. Es más romántico así. – Aseguro sonriente
-Lo mismo digo Georgie.
-Eww. Dejen de mirarse así tortolos. Demasiada miel. – Se quejó Bill- Pero en algo tienen razón. Si esto que sientes es real, si crees que vale la pena pelear por ello, nosotros te apoyamos y estoy seguro que Papá y, talvez, Mamá también lo harán sin  importar en que casa este tu novio.
 
Ron sonrió agradecido a sus hermanos.
 
-No es mi novio- soltó sin darse cuenta de lo dicho por Bill.
-Aun no – Aclaro Fred – pero con nuestra ayuda…
-…lo será pronto.- Le siguió George.
 
“No sé si alegrarme por su apoyo o aterrarme”
 
Aun con ese pensamiento, Ron abrazo a sus hermanos, agradecido por tenerlos.
 
-D&H-
-No, no y no.
Media Hora discutiendo lo mismo y no llegaban a nada.
-Vamos Draco, seria cosa de un día. Sabes cómo hacerlo. Sonríes, respondes lo que quieras responder y ya – intento Lucius, dado que su hijo parecía no querer entender la situación.
 El problema actual era que Draco se negaba a ir a donde Voldemort había convocado a los Malfoy.
- Claro, únicamente que vendría con una lista de sugerencias  para capturar al niño-que-vivió – soltó enojado el rubio, mientras el susodicho niño golpeaba ligeramente su cabeza contra el descansabrazos del sofá.
 - Anda dragoncito, no es tan difícil. Solo vas, te presentas, dices lo emocionado que estas de pronto recibir la marca, le informas que Dumbledore tiene bien vigilados a los Slytherins, prometes escribir y sales de ahí. Pan comido. – dijo Sirius animándolo.
El veela alzo la ceja incrédulo.
- No diré más – murmuro alejándose unos pasos.
- Nunca creí que tu estupidez pudiera ser mayor, pero tengo que admitir que estaba equivocado – soltó Snape con el ceño fruncido.
- No vi que tuvieras una mejor idea Snivellus. – contraataco el moreno.
- Veras que si la tengo – dicho eso se encamino a donde Harry se encontraba. No dijo nada, solo lo miro. En ese momento todas las miradas se volvieron al ojiverde. Era de esperarse que el único capaz de convencerlo fuera él.
Gruño un poco antes de levantarse de su lugar.
- Dragón- lo llamo sin respuesta aparente - ¡Carajo, Malfoy!
 
¡Ta da! Ahí estaba la atención que quería.
-¿Sí?- pregunto, como si el grito no hubiera sido más que un murmullo.
-Tienes que hacerlo - le ordeno el pelinegro – No se trata solo de ti. Tu vas a estar a salvo, mientras estés dentro del castillo, pero que me dices de tu padre, tu madre, su novio e incluso Snape. Todos ellos correrían el riesgo de ser atacados.
El resto de los presentes los miraban boquiabiertos. Nadie esperaba esa profundidad de pensamiento.
- Harry tiene razón – intervino Remus – es tu familia después de todo.
El rubio cerró los ojos resignado.
Sabía que tenían razón, pero sus instintos le urgían permanecer fiel a su Hjerte.
Al ver su turbación, el ojiverde se acercó a él.
- Todo va a salir bien. Serán unas pocas horas, nada mas – le animo suavemente.
- No me preocupo por mí, eres tú el que me preocupa.
- ¿Por qué? Estoy en el lugar más seguro del mundo. Tengo montañas de tareas que terminar, así que no tendré tiempo de meterme en problemas. Además de que mi tío me pidió ayuda con la fiesta de Halloween.
Aun no muy convencido, el menor de los Malfoy acepto.
- Iré. Pero solo si me aseguran que estaré en el castillo para el anochecer – indico Draco, tomando su capa. Necesitaba salir y tomar aire – Por cierto Potter estas equivocado. El lugar  más seguro del mundo no es Hogwarts.
- ¿Enserio? ¿Entonces cuál es, oh señor que todo lo sabe? – pregunto sarcástico Harry. La respuesta nunca se la espero.
- Entre mis brazos.
Y se fue. Dejando a su padre conmocionado por lo dicho. A Snape con un severo tic en el ojo. Un ataque de risa por parte de Sirius y Remus.
Harry simplemente tuvo una falla cardiaca, de tan rápido que su corazón palpitaba al bombear sangre hasta su rostro, encendido de vergüenza.
 
© Anastasia Malfoy,
книга «Esto solo me pasa a mi».
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