Capitulo 1: Cuando la noche sale.
Capitulo 2: El primer aviso.
Capitulo 3: Las noticias.
Capitulo 4: Gritos de niños.
Capitulo 5: Como una pesadilla...
Capitulo 6: Otro día de lluvia.
Capitulo 7: La calma.
Capitulo 8: Es hora de irse.
Capitulo 6: Otro día de lluvia.
Aquel día también llovía asi. Igual de fuerte, igual de perfecta. "Era un perfecto día para no hacer nada", eso fue lo que dije.

"Espero que deje llover para que podamos salir a jugar", eso fue lo que dije tres horas entes que los aviones pasarán por encima de la ciudad, y dejarán caer aquellos objetos que cortaban el aire.

La explosión de dichos objetos fue lo que me terminó de despertar. Estaba recostado en mi cama, sentía algo debajo de la camiseta polo que llevaba puesta.
Vendas, las cuales estaban enredadas alrededor de mis costillas.

El foco de la habitación estaba encendido. Parece que la luz ha regresado luego de varios días. Mire a mis alrededores, en busca de alguna señal de mi hermanita. Como no la encontré en mi habitación, baje al primer piso, y ahí estaba ella, sentada en el sofá, y en... ¿Ropa... Interior?.

—¿Nanami?—Dije.

Ella volteo a verme y se levanta rápidamente del sofá. Su ropa interior era blanca, con los bordes de un color rosado. Vestida así, se veía... Bueno... Sexy. ¡No es que yo sea algún pedófilo que tiene fantasías sexuales con su hermana! Pero, si se ve sexy. No tiene nada de malo dar un comentario así... ¿Cierto?.

—¿Cómo estás?—Pregunta con una sonrisa

—Bien. ¿Pero dónde está tu ropa?—Respondí con otra pregunta.

—Ah, ¿Mi ropa? Bueno, me manche un poco, y como ya no tenía que ponerme, me quedé asi—Responde con una tonta sonrisa.

—¿Y tú uniforme deportivo?—Pregunte.

Poniendo una cara de "cierto", Nanami salió corriendo al segundo piso para vestirse. Mientras tanto, fui a sentarme en el sofá, prendí la televisión con la esperanza de que hubiera señal.
La televisión solo mostraba estática, y nada más que eso. Bueno, fue bonito imaginar que pasaría algo.

Apunto de apagar la televisión, está comienza a mostrar brevemente algunas imagines. Poco después, parece como si la señal tomara fuerza.

"El departamento de investigación está trabajando en descubrir lo que causó la desaparición de 12 ciudades dentro del país..."–Dice una reportera.

La señal no era muy buena, y apenas podía oír lo que decían. Era mejor que nada. En estos momentos no puedo quejarme.

"... Ya han pasado dos semanas desde que los suicidios masivos empezaron. La población mundial se redujo al 82%, y sigue descendiendo a un ritmo preocupante. Se calcula que para final de esta semana el porcentaje llegué al 68%..."

¿Tal mal está el asunto? ¿Acaso este será el final de la humanidad? No creo. Hemos pasado por muchas situaciones complicadas, pero aún seguimos vivos. No creo que nos lleguemos a extinguir por esto.

"... Actualmente se está investigando el origen de esta catástrofe. La relación de algunos países corre el riesgo de acabar en una guerra"

—Ya volví—Avisa Nanami.

Saltando hacia el sofá, Nanami se sienta al lado mío con su uniforme deportivo, no muy diferente al mío. Lo único que cambia es el color del pantalón, el cual es de color rojo.

—Mira. La televisión funciona. No muy bien, pero es mejor que nada—Le informe.

—¿Noticias?—

—Si. Los canales de noticias locales no están en función, y solo transmiten noticias a nivel nacional—

—¿Y que han dicho?—

—Que el mundo se está callendo a pedazos—

Era más que obvio que no saldríamos de esta tan fácilmente. Hasta podría decir que tendremos que acostumbrarnos a vivir con estas cosas.

—Esto apesta—Dije.

"¿Y que piensas hacer?"

Al oír aquella voz la sangre se me congelo. De un salto me levanté del sofá mirando hacia todas partes. Estaba buscando algo que estuviera fuera de lugar en nuestra casa. Quería anticiparme ante esa cosa.

"No esta aqui"–Dice la voz con un tono tranquilo.

La voz parecía venir de todos lados, pero extrañamente se oía al lado mío.
Nanami también parecía estar buscando algo. Era consiente de que ella también podía oírlo.

La voz era semejante a la... Mía. Era como si mi propia consciencia me estuviera hablando. Pero eso no me preocupaba. La primaria voz, la que me preguntó lo que haría, era una voz como las que ya conocíamos.

El hacha estaba recargada a un lado de la puerta del sótano. Si la quiero, tendré que ir a buscarla. Fui y recogí el hacha, regresando con Nanami.

—¿Se fue?—Pregunta ella con algo de confusión.

—No lo sé—Respondí de igual forma.

"ya volverá. Por ahora, descansen"–Vuelve a decirme mi consciencia.

—¿Que quieres decir con eso?—Me pregunté a mi mismo.

—Isaac, ¿Sucede algo?—

Volteando a ver a Nanami, me percató de que me está mirando con preocupación.

—No, nada. Creo que solo estoy cansado—Respondí.

Me volví a sentar, recargando el hacha a un lado del sofá. La cosa cada vez se pone peor. Entre más resistencia ponemos, más difícil se vuelve lidiar con esas cosas. Me sorprende lo fuerte que se volvió mi hermana. Pese ha que nos enfrentamos contra cosas que dejaría loco a cualquiera, ella resiste con todo y no se deja vencer.
Siempre que la veo llorar noto algo. Trata de contenerse lo más que puede. Ayer, cuando propuso que fuésemos a buscar comida, sabía que ella tenía miedo de salir. Aún así se enfrentó a sus miedos.

Conozco a mi hermana. Ella es débil, miedosa, cobarde, y deprimente. Cuando algo no le sale buen, o comete un error, siempre llora o huye. Ella es la que menos se aprecia. Yo fui igual, y se bien como se ha de estar sintiendo con todo esto.

—Oye Nanami, puedes llorar si quieres. Eso está bien—Dije mientras volteaba a verla.

—Pero yo no quiero llorar—Contesta.

—Claro que si, no puedes evitarlo. Cuando te fuiste a cambiar tardaste mucho, y tus ojos estaban un poco rojos cunado llegastes conmigo—Mencione.

—Me había entrado algo en el ojo—Justifica.

Me acerque a ella y la abrace cuidadosamente té, tratando de transmitirle seguridad.

—Llorar es algo natural. Te ayuda a expresarte cuando las palabras no pueden hacerlo—Explique.

—Pero su lloro nunca seré valiente—Dice.

—Ser valiente no significa dejar de llorar. Ser valiente significa enfrentarte a lo que le temes, y seguir siempre adelante—

Sentí como los pequeños brazos de Nanami me abrazaban con fuerza. Dejando salir todo lo que sentía, ella empezó a derramar sus lágrimas de forma casi silenciosa. Eran lágrimas de miedo, tristeza, y esperanza.

—No te pediré que dejes de tener miedo, que llores, o huyas. Pero nunca debes rendirte, ¿Okey?—

—Si—Responde con una triste voz.—Pero, ¿Por qué tú no lloras?—Me pregunta.

Mirando a techo en busca de alguna respuesta que no requiera de muchas palabras, le respondí.

—Por que me siento agradecido de seguir vivo...


(Base militar de Rusia. 1200 horas).

El sonido de ultratumba generado desde lo más profundo de aquel estanque de forma cuadrangular, rebotaba en las paredes de la instalación abandonada por sus creadores. Aquel estanque estaba lleno de un líquido semejante al combustible, tanto en aspecto, como en olor y textura. Pero aquello no era combustible. Era algo desconocido que todos conocemos, solo que nuestra mente no nos permite saber de qué está echo aquel líquido.

Alrededor de aquel estanque, habían dos cuerpos, ambos vestidos con una bata blanca y con la cabeza siendo consumida por aquel estarlo líquido.
El estanque estaba dentro de una habitación de 10x10x15 metros. En una de las paredes, había un grueso cristal resistente, el cual no permitía ver lo que había al otro lado.

Desde el otro lado del cristal, dos científicos miraban con asombro lo que acababa de pasar. Dos de sus compañeros habían muerto luego de realizar un experimento con aquel líquido.

—Traigan al sujeto 043—Dice una científica atráves de un transmisor.

Un minuto después, las puertas metálicas de aquella habitación, se abrieron, dejando pasar a un hombre de mediana edad. Por el color de su piel, se podría decir que era africano. El hombre llevaba un uniforme naranja con su respectivo número grabado en el lado derecho de su pecho.

La puerta se cerró tras dejar pasar a la persona. Atráves del altavoz, colocado en una de las esquina, la misma mujer hablo en el idioma de aquel hombre.

—Sujeto 043, por favor acérquese al estanque—Pide de forma sería.

Sin decir nada, el sujeto se acerca al estanque sin saber a lo que se exponía, pero con una mínima idea en la cabeza al saber que habían dos cadáveres delante suyo. El hombre se detuvo en la orilla del estanque.

—Por favor sujeto 043, mire dentro del estanque y diga lo que—Pide la voz de un hombre.

El sujeto hace caso a lo que el hombre dice. Al mirar dentro, el sujeto parece perderte dentro de sus pensamientos. Algo se reflejaba en aquel estanque, algo que atrapaba la mente de aquel sujeto.

—¿Que ves?—Pregunta el hombre

—Veo... Algo hermoso. Es como si, me diera alegría de verlo, y ella esta ahí—Comenta el sujeto.

—¿Quienes ella?—Pregunta el hombre.

—Mi hija de 8 años, ella está ahí, jugando en un campo hermoso... Ella quiere que vaya con ella—Redacta.

—Sujeto 043, ¿Es conciente que lo que ve es una alucinación provocada por el estanque?—Pregunta el hombre.

—Eso no es cierto, por qué hay ni un estanque en la habitación—Responde el sujeto mientras sonríe de felicidad.

—¿Que quieres decir con eso?—Pregunta la mujer.

—No hay ni un estanque. Solo estoy en un campo, jugando con mi hija—Explica el sujeto.—Tranquila princesa, no te harán daño—El sujeto le habla al estanque.

—Es todo. Sujeto 043 salga de la sala de contención—Indica la mujer.

—No—Contesta.

—Si no obedece las órdenes tendremos que tomar medidas drásticas—Menciona el hombre.

—¡No me iré! ¡No permitiré que me separen de mi hija!—Grita el sujeto.

Antes de que pudieran hacer algo, del estanque sale unas manos echas de aquel líquido desconocido. Las manos sujetan al hombre y rápidamente tiran de el, llevándolo a lo más profundo del estanque.
Un segundo después, del estanque, emerge una criatura totalmente oscura, o más bien, llena de aquel líquido.

La criatura salió del estanque, derramando aquel líquido por el suelo mientras revelaba su verdadera apariencia.
Era una criatura de casi 5 metros de alto. Su piel era pálida, y estaba pegada a los huesos. Sus brazos eran tan largo que casi tocaban el suelo, y los dedos de su mano eran como garras. En general se veía como una persona demasiado alta. Su rostro tenía dos ojos tan blanco que casi podían iluminar la oscuridad. Su boca se podía abrir hasta tres veces más que la de una persona normal.

—¡Brote de divergencia en la sala de contención número 56!—Exclama la mujer atráves del transmisor.

Poco después, una alarma empezó a sonar por el sector de investigación. Un minuto después las puertas de la sala de contencion se abrieron, dejando pasar a un destacamiento movil de eliminación. Eran personas vestidas con un uniforme negro y cascos del mismo color, cuyo cristal protector era de tono amarillo. Estaban equipados con armas de alto calibres.

8 unidades apuntando al su objetivo, otras 2 unidades apuntaban sus armas desde afuera de la sala de contencion y los otros 6 estaban esperando órdenes.

Sin pensarlo, abrieron fuego contra aquella criatura, acribillando la sin compasión. Aún que las balas impactan contra el, la criatura ni se molestaba en escapar o cubrirse de los disparos. Solo estaba ahí parada, sin inmutarse con los disparos. Entonces, salto hacia delante, atravesando a uno de los soldados con su garra izquierda. Giro en si misma lanzando un corte en arco hacia su derecha, partiendo por la mitad a dos soldados.

—¡Retrocedan y eviten meterse en la línea de fue! ¡Comando, trae la ametralladora!—Ordena el capital del equipo antes de fuera decapitado.

Los disparos continuaron hasta que las 8 unidades se reducieron a 3. Estos, retrocedieron hasta afuera de la sala, dónde nuevamente abrieron fuego. Aquella criatura salto con una fuerza y velocidad sorpréndete hacia adelante matando a uno de ellos.

Las otras 6 unidades llegaron para apoyar, pero no lograron hacer mucho. El resumen de la pelea solo puede ser el siguiente: una lucha perdida.

Fue cuando llegó la ametralladora que por fin pudieron hacerle daño a esa cosa. Otro destacamiento móvil llegó a pelear contra la criatura. Esta vez llevaban armas pesadas y un lanza llamas.

Luego de dos horas de ardua lucha, la criatura callo muerta al suelo. El reporte de bajas era el siguiente: 52 unidades muertas, 3 destacamiento móviles aniquilados, y la muerte de 7 miembros del sector de investigación.

Luego de eso, el personal de limpieza se encargo del resto.

—Reporta este caso a la "O5"—Menciona la doctora.

—Sabes que a la "O5" no le gustará este incidente, ¿Cierto?—Pregunta el hombre.

—¿Quien dijo que le contaríamos sobre el incidente?—

—¿Entonces?—

—Dile a los de la "O5", que esto es una causa perdida...
© naruto1250 ,
книга «Mi Querida Hermanita».
Capitulo 7: La calma.
Коментарі