SÍMBOLOS
POEMA JUNTO A EMILY DICKINSON Y EL REVERENDO EMERSON
PRINCIPIO DE UNA HISTORIA
CONFECCIONES FEMINAZIS
MAESTROS DE LA PSICOPATÍA
RELAJADO DE SOL EN UN PARQUE OTOÑAL
EL FORNICADO
ALTIVAS PROSTITUTAS
RETRATOS
SONETO XII
FOTOGRAFÍA DE UN PENE. ESCENA DE PERRAS CERDAS COMEDORAS DE MIERDA
EL INFIERNO (TORTURA Y ASESINATO EN SAN SEBASTIÁN)
UN BREVE APUNTE DE LA FILOSOFÍA DEL ARTE
FOTOGRAFÍA DE UN PENE. ESCENA DE PERRAS CERDAS COMEDORAS DE MIERDA
Perra Cerda Jones y La Almirante Walcott (un droide).

Unas dependencias del Ejército Psicopático. Un despacho o una biblioteca donde el alto mando psicópata recibe al mensajero enemigo.
Tras una sarta de tediosas y abruptas descalificaciones por el hecho de ser un droide, y que la Almirante la refutase con irrebatibles argumentos de la filosofía galáctica, quedó dispuesto el mayor humanismo, el único humanismo presente el defendido por la Almirante droide.

Perra Cerda Jones. _Somos comedoras de mierda sí, lo somos. Odiamos vuestro intelecto y vuestro amor, odiamos vuestro orden y la orquestada y melódica sinfonía donde se crea la vida y la posibilidad de la vida en la suma aplicación ética de vuestros valores. _Somos comedoras de mierda sí. Porque no sabemos hacer otra cosa, porque hemos sido adoctrinadas en la muerte y el desprecio, y porque… porque hemos nacido para ser ratas y cucarachas, sí, hemos nacido para ser apestosas y despreciables perras cerdas criminales.

La Almirante Walcott, cogiendo y ojeando un libro de una estantería (Manual de Asquerosísmo avanzado o Triunfo de la miseria. Capitana Poison Snake). _Perra Cerda, la misma miserable Perra Cerda de siempre, lloriqueando, pero igual se atreve a cagarse y a mearse en nosotros, los humanos, o los humadroides… (Introduce con rapidez antes de la segura mofa, una mano en un bolsillo interior del uniforme, del que extrae un sobre). Mientras, Perra Cerda Jones, cogida por sorpresa antes de la réplica, pulsa un botón sobre la mesa con forma de plátano que ocupa casi todo el centro de la habitación, entonces comienza a escucharse, atronador, el enfático himno del Perracerdismo.

Sucias cerdas traicioneras
Zorras cerdas comemierda
Nosotras la mierda de la tierra
Nosotras el asco y el dolor
A la muerte rendimos homenaje
A la muerte dedicamos nuestro hedor


Con un fuerte golpe, la Almirante Walcott coloca delante de Perra Cerda una fotografía. Después de otro largo minuto en el que la perracerdista observa la imagen con fijeza, al tiempo que canta hipnotizada el himno, la droide Almirante le pregunta irritada, altiva _¿Conoces este pene Perra Cerda?, ¿lo conoces? Es el pene del General, del General Wallace.

_¿Hiii…, hiii…?…¿Hiii…?…
_Y… y… y… nada, nada. Se ofusca pensando en la deficiente mental que tiene frente a sí, chillando como una cucaracha. Pues que le firmes un autógrafo o acaso no recuerdas que eres la infame putilla de la infinita puntilla, y que además es su cumplemuertes, y al General le hace ilusión que la hija de la cabra y el ciempiés le firme en la punta de la polla. Aquí, aquí…
© Borja Wallace Parra Álvarez,
книга «SÍMBOLOS».
EL INFIERNO (TORTURA Y ASESINATO EN SAN SEBASTIÁN)
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