Capitulo piloto.
Capitulo piloto.
Nota del auto: Este capítulo es el tráiler no oficial, de la secuela de Neo Génesis. La historia que se narra sucede en un punto tiene cierta relación con los suceso del primer libro.

...

A veces me preguntó por que llueve. Se que cuando el agua se evapora sube hasta cierta capa de la atmósfera y se acumula creando lo que llamamos nubes. Cuando las nubes se cargan de energía y pasan por alguna alta montaña o algún gran árbol que posee una energía distinta, ambas energías se atraen y entonces, el agua comienza a caer sobre todo lo que esté debajo de las nubes.

Pero soy de los que creen que hay algo más en ello.

¿Quizás un sentimiento? ¿Tristeza? ¿O acaso será calma? No lo sé. Pero tampoco estoy interesado en averiguarlo.

—¡Bell! ¡¿Estás escuchándome?!—Pregunta mi madre, quien conduce el auto en medio de la lluvia.

Yo, quien me encontraba en los asientos traseros, respondo con el seño fruncido.

—Claro que te escucho—Dije mientras observo las calles atraves de la ventana.

—¡Entonces respóndeme! ¡¿Por qué te peleaste en la escuela?!—Exclama, claramente está molesta.

No la culpo. Es la cuarta vez que la llaman por eso.

—¡El no tuvo la culpa!—Me defiende mi hermana mayor, quien se encontraba sentada a un lado mío.—¡¿Tu permitirás que te golpearan?!—Pregunta con la misma fuerza que nuestra madre.

—¡Claro que no! ¡Pero hay mejores formas de resolver los problemas!—

—Ya las probé, y mira el resultado—Dije.—Como aquel chico es sobrino de la directora, no toman cargos contra el, y no pueden echarme la culpa ya que eso sería injusto, por lo que siempre mente ignoran este asunto—Explique.

—¡Pues vaya directora de mierda! ¡Mañana la reportarte con la Secretaria de Educación!—

Con el humo saliendo de su cabeza, nuestra madre conduce lo más tranquilo que puedo, pero no parece que se esté esforzando.

—Dejando eso de lado, feliz día hijo—Dice repentinamente nuestra madre.—Esta vez no olvide tu cumple años. Ya tienes 15, ¿Cierto?—Pregunta con un tono más cariñoso.

—¿Eh? ¡Ah, si!—Respondo frenéticamente.

Había olvidado que ya era 02 de septiembre.

—Emma, ¿Podrías darle nuestro regalo?—

—Claro—

De su mochila, mi hermana saca una prenda de ropa, tardo un segundo en reconocer lo que es. Mis ojos brillan y la emoción que siento se refleja en ellos.

—¡¿De verdad?!—Exclamo.

—Por supuesto. Este es tu regalo—

Entregándome con un toque de gracia, la prenda está en mis manos. Extendiendo la en el aire, la observo con detenimiento. Una sudadera negra con el símbolo de un águila extendiendo sus alas hacia los dados en la parte de atrás. Delante, en el lado derecho del pecho, un escudo con su borde dorado, e interior rojo, se encuentra plasmado ahí, mostrando dos letras que reconozco de inmediato.

"AR". (Armada Regular).

Esta prenda, por más simple que parezca, significa mucho para mí. Desde que tengo 12 años, soy muy fan de Metal Slug. Todo lo que ahorro se gasta en figuras de dímelo escala de los personajes, y su emblemático tanque, más conocido como: "El Super Vehículo 001" apodado como "Metal Slug".

—¡Muchas gracias!—Exclamo de alegría.

—Me alegra que te guste. Emma me dijo que siempre que pasaban por la tienda de ropa te le quedabas viendo a esa sudadera—Menciona nuestra madre.

Volteando a ver a Emma, está desvía su mirada con un leve sonroje. Sin decir nada, le agradezco con la mirada.

...

Guardando el auto en el garaje, entramos a la casa atraves de la puerta que conecta con el interior, pero claro, no podía salvarme de mi represalia y el castigo. Solo por qué era mi cumpleaños, mi madre me ordenó hacer toda la tarea que tenía para hoy. Además de hacer los deberes del hogar.

Sin quejas, pero sin gustos, hago todo lo que me ordenó, solo deteniendo mi avance cuando la hora de comer llegó. Luego continúe hasta que cumplí con todo y me fui a mi habitación en el segundo piso. Lanzándome sobre la cama, rebotando en esta, tomo mi celular y reviso las redes sociales. No sin antes, quitarme el uniforme.

Cambiando mi elegante uniforme por un pantalón deportivo color negro, una camiseta polo, y mi nueva sudadera. Ahora ya estaba más cómodo.

El sonido de una notificación me alerta sobre un mensaje. Al ver de quién se trataba leo lo que me a enviado.

"¿Que haces?"–Pregunta Emma.

"Puedes venir y comprobarlo por ti misma. Estamos literalmente al lado"–Le respondo.

Seguido de eso, golpeó la pared con fuerza para recalcar lo cerca que estamos, pero me responde de la misma forma.

"Como sea. Estaba por ver cuándo será la fecha de lanzamiento del Metal Slug XXV."

"¿Necesitas que te preste dinero?"

"No gracias. Tengo lo suficiente para comprar el juego 10 veces. Además aún te debo lo de la versión Blue Fire."

"Ahaha. Es cierto. Bueno, te dejo"–Seguido, golpea la pared como despedida.

Levantando me de la cama, pateo fuertemente la pared sacándole un pequeño susto a Emma. Y también...

—¡¡Les he dicho que no golpeen las paredes!!—Grita nuestra molesta madre.

—¡¡Lo sentimos!!—Contestamos al unísono.

Tal vez no tengamos mucho dinero, pero somos felices. Eso es algo que todos apreciamos y deseamos. La felicidad. Pero todos sabemos que la felicidad no es eterna, y nada de lo que el hombre crea.

...

Sábado... ¡Que bien se siente no tener que ir a la escuela! Además, las noticias informaron que las clases se suspenderán hasta nuevo aviso. Es algo raro que suceda eso, pero supongo no debería de importarme.

Caminaba por la calle mientras arriba mío las nubes se acumulaban, listas para dejar caer su carga sobre la ciudad. Al lado mio, una chica pelirroja de ojos color miel, camina con la mirada perdida en un libro.

La chica, claramente bajita, viste con una sudadera como la que me regalaron, solo que debes de tener las letras "AR", tiene las "S.F." (Seguridad Federal). La "S.F." es un departamento que trabaja junto a la Armada Regular para asegura la protección civil, y la casa del presidente. Dejando eso a un lado, también lleva un shorts de mezclilla y una blusa blanca debajo de la sudadera.

Tomándola de su brazo derecho, la jalo hacia mi, evitando que se golpeara con un poste de luz. Después, y como si de un robot se tratara, dejo que continúe su curso.

—Oye, deberías de prestar más atención hacia donde vas—Dije.

—Por eso te traje conmigo. Se que no dejarías que algo me pasará. Por eso camino sin preocuparme del peligro—Contesta ella sin desviar la mirada de su libro.

—Pues debes de confiar mucho en mi. Ya deberías de saber que no soy del tipo "Normal"—

Parece no importarle lo que digo.

Ella es Lucía, la fanática de la lectura. Siempre la encuentro leyendo algún libro, o de camino a la biblioteca. Normalmente lleva gasas que cubren sus heridas, sobre todo en la cabeza ya que, como pueden ver, no le presta atención a su alrededor.

—Llegamos—Le dije.

—Pero no iba a la biblioteca—

—¿Que...?—

—Queria ir a la tienda de juegos—

Suspirando con pereza, tomo la mano de Lucía y dirijo su camino.

...

Vaya, ¿Quién diría que esa chica es mucho más fanática de los videojuegos que yo?

Regresé a mi casa luego de eso. El resto del día no ocurrió nada interesante. Solo unas cuantas discusiones con mi hermana, mi madre ordenándo me limpiar mi habitación, y alimentar al gato que siempre llega al patio trasero entre las dos y tres de la tarde. ¿Deberíamos de adoptarlo?.

Pero al día siguente, entre las diez y once de la mañana, nuestra madre nos indica que desayunemos un plato de cereal antes de irnos a visitar a la tío Marcos, quien vive algo retirado de la ciudad.

No voy a mentir. Me molesta viajar en auto. Ya saben, no soy muy fanático de estar tres horas sentado en un lugar donde no puedo mover las piernas libremente y que se me duerma el trasero.

A todo esto, nunca me describí. Ahm... Tengo el cabello oscuro y ojos amarillos. Mido entre 1,69 y 1,71 metros. Y en cuanto a mi hermana y madre, se parecen a mi, pero obviamente son más bajitas.

Ahora estamos en medio de una fila de autos en el centro de la ciudad. Las bocinas de los autos no paran de solar, y ya es como la décima segunda vez que asomo mi cabeza por la ventana a gritar maldiciones.

—¡Bell, regresa a tu asiento!—Ordena Emma.

—Un segundo—Le digo.—¡¡Tu mamá es hombre, cabron!!—Le grito al taxista con el que estaba discutiendo.

Mi madre se ríe de lo que dije antes de pedirme que me sentará como lo había dicho Emma.

—Que buen argumento—Dice.

—¡Mamá! No deberías felicitarlo por algo asi—

—Tienes razón. Bell n–

—¡¡Hey, una disculpa!! ¡¡Si que me pase de la raya con eso—Vuelbo a gritar sin prestarle atención a mi madre.

—Bueno, Emma, lo intente—

De entre la fila de autos, un hombre empieza a correr hacia la parte de atrás de la fila. Su rostro está pálido y parece aterrado. Detrás de él, una mujer le sigue el paso con la misma expresión. Luego, de los autos de hasta delante nuestro, las personas bajan de sus vehículos y comienzan a correr hacia la misma dirección.

Los gritos comienzan a sonar fuertemente y van aumentando con cada persona que se suma a ellos. No se lo que pasa, pero desde luego que no es bueno. Sentado en mi asiento, solo podía ver lo que tenía delante.

De entre los autos, puedo diferenciar algo que se acerca rápidamente, saltando entre los techos de los autos.

Aquello parecía persona, que por lo menos, debe de medir unos dos metros de altura. Su piel está completamente gris, y de sus hombros salen dos extremidades con dos enormes garras por delante, posicionadas de la misma forma que las mantis.

Eso no es humano. Lo sé muy bien. Se está acercando con rapidez hacia nosotros. Y no es solo el, está acompañado con mas criaturas como el.

—¡¡Madre!!—Grito.

Nuestra madre, quien estaba tratando de comprender lo que se dirigía hacia haca, sale de una especie de transe. Cambiando a reversa, pisa el acelerador afondo. Un fuerte golpe en la parte trasera nos indica que estamos atrapados.

"¡Maldita sea! ¡Esto está mal!"

Aquella criatura cae sobre el para brisas del auto, agrietando lo ruídosa menté. Bajándose del frente del auto, cae al lado de mi ventana apuntando una de sus garras hacia mi.

Viendo a esa cosas mas de cerca, es horrible. Sus ojos están completamente negros. Su piel da la impresión de estar en prenda descomposición. Y su boca se abre de tan forma que fácilmente podría morder toda mi cabeza.

Siendo jalado por Emma, quien sujeto el gorro de la sudadera, caigo sobre el asiento, viendo como aquella garra pasa cerca de mi rostro. Por instinto, pateo fuertemente la puerta del auto haciendo que está se abrirá y empujara a la criatura, la cual choca contra el auto de al lado donde iba una pequeña familia.

La criatura se gira y atraviesa el cristal fácilmente con su garras. El niño, horrorizado, que estaba cerca de dicha ventana, es atravesado por una de las garras, soltando un fuerte grito de dolor puro. El padre se baja del auto para ayudarle, corriendo contra la criatura. Pero está, con un limpio corte, le rasga el cuello al padre, matándolo al instante.

Terminando con el niño, ahora, va por la madre, quien solo llora y suplica por ayuda.

La cabeza me comienza a dar vuelta al pensar que yo provoque todo eso. Pero si no lo hubiera echo, abría pasado lo mismo, ¿No?.

Siendo jalado, nuevamente por Emma, me saca del auto lo más rápido que le es posible.

—¡Hora de irnos!—Exclama frenéticamente.

Sujetando firmemente mi mano,se asegura de no perderme mientras corre detrás de nuestra madre, quien le indica hacia donde ir.

¿Cómo pasamos de estar en una fila de autos, a un escenario de película? ¿Y que son esas cosas?.

Apunto de entrar a un callejón, nuestra madre se detiene en seco, retrocediendo lentamente mientras a la par, una de esas criaturas sale del callejón. Tomando a mamá por su blusa. La jalo hacia atrás evitando que las garras dela criatura la alcanzarán.

—¡La cincuenta y dos!—

Dando media vuelta, comenzamos a correr nuevamente. Los gritos, y los recién llegados sonidos de disparos, resuenan por toda la ciudad. Debido a eso, no sabemos hacia donde correr.

Volteó hacia atrás por un instante, sintiendo un fuerte escalofrío al ver qué aquella criatura nos perseguía a toda velocidad mientras corría a cuatro patas. Parece ansiosa de alcanzarnos. Seguramente ya nos dijo como su presa.

Eso es malo. Si se comportan como depredadores, entonces, no descansará hasta que nos atrapé. ¿Ahora que hago?.

"No lo sé. Pero cuidado al frente."

Una extraña voz resuena por mi cabeza, y oír su advertencia miro con claridad lo que va a pasar. Saltado directamente hacia mamá, una de esas criaturas la tira al suelo, y sin perder tiempo clava múltiples veces sus garras contra el pecho de mamá.

El tiempo se detuvo. Y no fue por el sentimiento de perdida. Eso no pasa en la vida real. Realmente se detuvo, como si alguien me diera tiempo para procesar todo y prepararme para aceptar esta realidad.

"¿Ahora que? ¿Te quedarás aquí a lamentarte?"

Esa voz vuelva a aparecer en mi cabeza, al mismo tiempo, el tiempo regresa a la normalidad. Sujetando a Emma con fuerza, la tiro al suelo junto conmigo. Justo a tiempo para dejar pasar por encima nuestro a la criatura que nos estaba siguiendo.

Aquella criatura cae al suelo, rodando un poco antes de detenerse y cambiar de objetivo. No tarda mucho y decide perseguir a un anciano que corría a como podía. La criatura que apuñalaba a mamá también se fue a por el, permitiendo nos ver lo que le había echo.

El estómago se me revolvió al ver cómo los órganos intento eran extraídos del interior de su cuerpo. El torso, prácticamente, casi que debajo ver el suelo debajo de el. La cara de mamá apuntaba directamente hacia nosotros, mirándonos con unos ojos ya sin vida.

Emma no pudo aguantar aquella escena y vómito el desayuno. Le ayude a levantarse lo más rápido posible para meternos en el callejón a nuestro costado.

Apenas entramos, ella se detuvo, y su inercia me obligó a frenar.

—¡Emma, tenemos que irnos!—Le dijo lo más cuerdo posible.

En sus ojos se podía ver la confusión por el cambio tan repentino de nuestras vidas. Nadie se hubiera imaginado este cambio tan repentino, sin ninguna clase de advertencia. De sus ojos comenzaron a botar lágrimas, seguramente lamentando la muerte de mamá.

No puedo decir que estoy mejor. Tal vez mi forma de narrar no sé muy detallista, pero estoy igual o peor que ella.

—Por favor. Vayamos a casa—

Tratando de controlar el tono de mi voz, le indico que debemos irnos. Ella deja de hacer fuerza de inercia, y sede ante mi avanzar.

Sujetando su mano con más fuerza, nuevamente comienzo a correr hasta el final del callejón.

...

"En algún lugar de nevada."

Sentado en el borde de un acantilado. Un ser echo de pura oscuridad, cuyo ojos son de un rojo brillante, mueve sus pies como si fuera un niño animado. Tras el, una extraña máquina calcula la "Improbabilidad" total que generaba con cada minuto que pasaba.

—Me preguntó... ¿Cómo responderá la fundación ante esto?—
© naruto1250 ,
книга «Neo Génesis: The Improbability Machine».
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