Ensayo a la rebelión
Obscura claridad
Ella
Ella
Para ella.

La chiquilla rebelde tiene un profundo mirar,
el pelo del color de las emociones
y un aro colgando de su labio.

No estoy segura de si sabe andar con tacones;
pero tiene pinta de haber corrido descalza por la calle.

Sabe volar sin alas
y conducir su vida sin carnet,
sabe que aunque le falten ganas
y odiar incluso a quien le cueste.

Cuando se pone nerviosa muerde el lateral de su dedo índice,
y aunque sabe valerse por sí sola, te pide que te quedes con ella.

A veces mejor y a veces peor,
pero se levanta todos los días.

Cuando desayuna siempre tiene opciones a degustar,
un día se come el mundo,
otro los miedos,
otro las injusticias,
y de vez en cuando, come genitales ajenos.

Me gusta su sonrisa porque provoca otras muchas y también verla llorar demostrando así que no es un titán de acero; pero más me gusta la esperanza que brota de sus suspiros.

No tiene mucho que ofrecer pero si le importas, te dará lo mejor de sí misma.

Le he visto lanzar besos al aire para quienes no los reciben,
abrazar la despreocupación por una causa mayor,
trenzar trozos de sueños rotos para formar uno nuevo.

Cuando la miro veo una amiga, hermana, novia quizás; un hogar.

Con ella puedo reír, enfadar, llorar, compartir;
si la abrazo no siento el contacto,
siento la confianza,
siento el cariño que transmite.

Ella me quita las inseguridades,
ella me tienta a lo que quiero y no me atrevo,
ella me pone para divertirse,
ella despierta todos mis sentidos,
ella lucha para que luche,
ella me tira para que me levante sola,
ella grita mis susurros,
ella se caga en los que se rinden,
ella escupe al sistema,
ella estalla pensamientos,
ella ama,
ella es mujer,
ella es la más madura de las niñatas inmaduras,
ella se rebela,
ella es de esas personas que conoces y te calan;
ella es, pero para mí,
ella es mis tardes cantando en portales,
es mi cigarro que cuanto más se consuma más me mata,
es mi "sin querer queriendo",
es mis palabras quedándose cortas,
es mi demasiado,
es mi verdad más sincera e íntima,
es mi arriesgarse cuando merece la pena.

La niña de ideas locas es tierna con su desnudez,
gusta de su anatomía,
se muestra sexy, acogedora, humana,
y aunque de vez en cuando para otros,
siempre se complace a sí misma.

Es una chica de revolución,
que critica sin juzgar,
se masturba para buscar inspiración,
idolatra siguiendo sus propios pasos,
pide deseos a sus esfuerzos,
reza al destino
y vive de ambiciones.

No sé de su pasado ni de su futuro pero me encanta ser su presente
porque seré su pasado
y si juego bien mis cartas, su futuro.

Si me da la espalda, le abrazo por detrás,
si nos quedamos calladas, le recuerdo que le quiero, si no estoy cuando me necesita, me consumo yo sola.

Se me rompen las palabras antes de plasmarlas sobre el papel
mas espero, que si se las ha llevado el viento como bien dicen,
lleguen a su corazón,
pues ella, ya está en el mío.

Cada día me sorprende con sus ocultas facetas
y es que por mucho que aún esconda,
sea para bien o para mal,
todo me fascina.

No sé qué me gusta más,
si la poesía que cae de sus labios
o la que hay en su persona.

Ni que decir tiene todo lo que me brinda su persona en escasos segundos,
pues bien hay veces
que tan sólo con saber de su existencia,
la balanza de la misma parece equilibrarse sin mero esfuerzo.

Y yo,
no sé pero,
   esta chica me está lloviendo encima.








Para Mariam, la Mariam que yo conocí.
© Keila Bloody,
книга «Acabose la eternidad».
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