TE AMO
TE AMO
—Tu eres la respuesta a todas mis plegarias. Eres una canción, un sueño, un susurro, y no sé cómo pude haber vivido sin ti durante tanto tiempo —expresó él con la mirada sobre su amada, pensó, pero no se atrevió a decirlo, la noche los envolvió, la luna se reflejaba sobre los ojos de ella, pero no decía nada, solo un suspiro frío se le escapó entre los labios rojos y frescos, olía a flores, orquídeas tal vez, las cuales él le llevó con anterioridad.

Ella lo miró como quien mira con dulzura, le tomó de las manos y las acarició con suavidad—. llevas tanto tiempo en mi vida, que no recuerdo nada más, me gusta todo de ti, las caricias nocturnas, los abrazos al amanecer, los besos sin previo aviso, las carcajadas, reírnos de cosas tan estúpidas que nadie más que nosotros podría reírse, eres el sol que ilumina mis días grises, eres el alba que me levanta por las mañanas, eres un poema, una obra que necesita ser apreciada y comprendida —afirmó la joven de los cabellos castaños y los ojos marrón, vestía de blanco y el cabello corto a la altura del cuello le adornaba los lunares y las pecas en su rostro fino, simétrico y angelical, una fina nariz respinga y pequeña se afila desde su perfil lateral el cual denota la perfección de su mentón y lo sublime de sus labios, la forma de sus caderas expresan el poema de sus curvas las cuales tienen forma de reloj de arena y sus delgados abrazos embellecen su silueta tan femenina y sutil. Las cortinas que ondean en la ventana deja entrar una gélida brisa de invierno mientras fuera de la casa los árboles danzan con el viento, sacudiendo sus ramas y soltando sus hojas sobre el pavimento, un perro ladró a lo lejos y una niña llamó a su madre en el piso inferior del edificio, hacia ya 3 años que vivían juntos pero aquella noche de luna llena, con el cielo estrellado con luces boreales que adornan las constelaciones les hizo suspirar y ella le hizo el amor.

Entre ellos no existen cielos ni infiernos. No hay peros ni pretextos, no hay un mañana ni mucho menos un ayer, solo el aquí y el ahora, la lluvia de besos que chocan entre ellos, los jalones por el pelo, los rasguños, las nalgadas que enrojecían la piel, los suspiros entre besos, la lluvia con su baile de claqué, el aire que mueve las gotas donde nadie más las ve, ella le muerde el labio y se le escapa un te amo entre los dientes, él entrelaza su lengua con la de ella para luego recorrer su anatomía.

Para ellos el tiempo se detiene, el mundo parece inexistente, como dos solipsistas en una realidad en la que solo existen ellos, no hay nada más —¡te amo!— grita él sin importarle lo que digan los vecinos, la cama se movía y chillaba mientras a ellos el aliento se les agotaba, el sudor les adornaba la piel —!te amo!—replicó ella eufórica. Los vellos de puntas, las garras enterradas en la piel dibujando la eternidad en su espalda. La luna los observó distante y pensó, que bonito es ser y ser junto a alguien más. La tierra se detuvo para observarlos sin importar la trayectoria y la gravedad. Una estrella fugas surcaba los cielos y deseó ser como ellos, efímeros, temporales y entonces reclamó a la eternidad —as que dure para siempre.

—Tengo miedo de salir de esta habitación y no volver a sentir en mi vida lo que siento estando contigo —dijo él quien yacía sobre ella, sus narices apenas se rozaban —te amo un millón— agregó —te amo un millón de millones— replicó ella absorta en los ojos miel de su amado, le parecía tan tierno, la forma en las que sus mejillas se agrandan y dejan ver esa hermosa sonrisa, el pelo corto estilo militar le parecía sensual, acarició su cabeza y lo sintió tan cálido, le tomó la barbilla con los dedos y lo besó con ternura, cuando sus labios se alejaban ella dijo —Creo que los lugares en que he estado y las fotos que he hecho durante mi vida me han estado conduciendo hacia a ti. Él se enterneció y preguntó —cuanto tiempo crees que nos quede. Ella bajo la mirada y susurró —no importa, un año, un mes, una semana, un día, una hora, un minuto, as que valga la pena, hagamos el amor hasta desgarrarnos los miedos, asume la maternidad a mi lado y yo te daré el infinito cuando estemos más allá.

—Pero cielo—dijo él mirándola con fijación —ya estamos más allá —es cierto— afirmó ella, eso explica por qué ya no somos ancianos, ¿recuerdas cuando teníamos veintitantos? me dijiste —te amaré hasta que el sol salga por el occidente y se oculte en el oriente, hasta que las estrellas caigan todas sobre la tierra y yo te dije —¿me amarás, aun cuando se me caigan los senos y la piel, cuando estemos arrugados y encorvados por la edad? —¡cariño!— interrumpió él, cuando el sol brille brillaremos juntos, sin importar las guerras que allá en el mundo, sin importar la tormentosa lluvia, ¿te quedaras conmigo? ¿me abrigaras con tus brazos bajo la lluvia?.

—lo recuerdo —agregó—. Jamás comprendí el significado del amor hasta que te conocí, pero justo en ese momento supe que iba a ser tuya el resto de mi vida. He aprendido que después de ti no hay más que perder; eres mi dicha, mi ilusión y mi deseo. No hay otro como tú. Únicamente cierro mis ojos para poder acordarme de ti, cierro mis labios para poder escuchar mejor tu voz. Pero hay algo que jamás podré cerrar, mi corazón, porque te amo —expreso ella. Ya no eran aquellos ancianos los cuales murieron en la misma camilla en el hospital, se negaban a que los separasen, abrasados permanecieron durante 12 horas seguidas y cuando el médico los fue a ver, ambos habían sufrido de un paro cardíaco al mismo tiempo.

—¿Qué es eso? —preguntó ella señalando con el dedo —la oscuridad, contestó él—. no tengas miedo, ya vivimos nuestros propios infiernos, solo el cielo nos espera.

—¡Prométemelo!— insistió ella aferrándose a su mando con todas sus fuerzas mientras de la espesa masa oscura se reveló una luz—. vez, no hay nada que temer.
© Jhordan Ortiz,
книга «TE AMO».
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-Rayures
TE AMO
Lo amé, se te da increíble la poesía🌰
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2020-09-29 16:55:30
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