Prefacio
Liana
Hiedra
Lago
Serpiente
Fango
Sangre
Raíces
Sangre
Si fuese carnívoro como tus andares, esos carnívoros feroces, esas plantas que se beben todo lo que de ti sale, y tú en lugar de ser Amazonas sólo fueras presa, tal vez un ciervo, quizás un ave, posando en su rama tranquila, ninguna otra presa jamás se sentiría tan presa como tú,
de estos ojos que te miran.

Tan carnívoro como fuere
no dejaría nada de ti
ni la más mínima partícula, devoraría tu piel con toda alevosía, el hedonismo, la espiritualidad, los sentidos a reventar por semejante festejo ni una gota de sangre al suelo, todo a este paladar inexperto en probar el sabor del cielo.

Mis labios rojos, por degustarte
mi olfato aspirando
cada molécula de aroma,
mis uñas con pedazos de tu carne
mi corazón en éxtasis, a punto de querer morir para que sea lo último que mi lengua contorsiona.

No sobrarán cartílagos
ni tristezas para las carroñas, tus complejos van hacia mis intestinos
al igual que las dudas,
y todo lo que te sobra
no quedan huesos, ni tejidos
me devoraría hasta tu sombra
tu alma no conocerá el más allá
se quedará en mí siendo una sola.

© Austeen Clark,
книга «Amazonas».
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